Situada extramuros de la Villa se asienta sobre una colina desde donde se divisa toda la villa al Norte y la masa de pinares al Sur. La iglesia es de origen románico, pero se conservan también interesantes restos mudéjares.
Su origen habría que llevarlo al siglo XII ya que se tienen noticias documentales de esta iglesia ya en el año 1199.
La torre muestra su arquitectura mudéjar en las cenefas con filigranas de ladrillos junto a la cubierta, las aristas de sus esquinas y los casetones en ladrillo en la zona más baja de la torre.
La iglesia de una sola nave se encontraba protegida por un atrio mudéjar que se conserva cegado en su tramo norte y se extendía al lado Oeste y posiblemente también al Sur.
La iglesia alberga en su interior un retablo barroco cuya imagen central es la Inmaculada. También se encuentran varias obras procedentes del Convento de los Trinitarios y de la Iglesia de San Sebastián. Sobre la puerta del lado Oeste una pequeña ventana remarcada en ladrillos también confirma su origen mudéjar.
La nave de la iglesia tiene una bóveda barroca, y anteriormente tuvo una cubierta de artesa mudéjar de la cual desaparecieron sus restos durante el incendio que destruyó el tejado en los años sesenta del siglo pasado.
Su ábside tiene un tramo recto y remata con un semicírculo. Es de estilo románico y destacan un amplio número de canes de piedra caliza bajo la cubierta de teja a la segoviana. Además de la iglesia, en sus orígenes tuvo un pequeño claustro, un campo santo en el lado derecho y un patio de arcos apuntados en el izquierdo. El campo santo se encontraba cercado por una gran muralla, conservada en parte. Según la tradición sería un antiguo convento de los templarios.
Actualmente, esta iglesia abre al turismo en Semana Santa y verano. Recomendable consultar previamente en la Oficina de Turismo, tlf. 621195820