El cerramiento de la calle del Palacio.
Una de las obras más llamativas en las murallas por su impacto visual ha sido el cerramiento de los dos tramos de la muralla que dejaban sin conexión la puerta de San Basilio con el castillo por su lado Norte. Así, una vez realizada una excavación arqueológica para descubrir el trazado por donde iba la muralla, se ha recuperado este tramo uniendo ambos lados de la muralla y dejando un amplio vano en el espacio que corresponde con la calle para seguir facilitando el paso de vehículos desde el interior al exterior del Conjunto histórico, ya que dejarlo cerrado totalmente hubiera condenado el tráfico rodado en esta zona de la ciudadela.
La intervención realizada ha querido diferenciar entre la obra nueva y la original en toda la muralla dejando el paño nuevo ligeramente remetido con respecto al antiguo, de tal forma que desde algunos metros de distancia no se aprecie esta diferencia y acercándonos se vea la nueva intervención. Igualmente se ha realizado el vano dejando una intervención moderna, ya que no se puede confundir al visitante y hacerle creer que en este lugar hubo una puerta, cuando la puerta de esta zona era la puerta de San Basilio.
La contramuralla o barbacana y la liza.
Como antemuralla a la muralla de la ciudadela se levanta la barbacana que va en paralelo con la muralla por su lado exterior dejando un pasillo o liza que tiene entre 3,5 y 4,9 metros. Generalmente los restos de la contramuralla se han conservado en muy mal estado, aunque en el tramo entre la puerta de San Basilio y el castillo se han conservado suficientes restos para que se haya podido reconstruir una parte y otra marcada en el pavimento una vez se ha documentado con la excavación arqueológica previamente realizada. Así se ha recuperado la barbacana a los dos lados de la “torre vigía” que se encuentra 16 metros al noroeste de la puerta de San Basilio, que se ha levantado hasta coincidir con la cota de acceso al pasadizo que tiene dicha torre en su base.
La contramuralla en dirección al castillo continúa en paralelo a la muralla llegando a tener una altura de 3 metros. El resto de la barbacana hasta el castillo se encuentra tapada esperando una próxima restauración.
Las medidas de la contramuralla, a pesar de que en altura no la tenemos, siempre son menores que la muralla. Así pues, si la muralla llega a superar los 2,8 metros de espesor, la barbacana no superaría los 70 cm.
La construcción de la muralla.
Es interesante destacar que aún se conserven en el paño interior de la muralla, cerca del castillo, restos del sistema constructivo utilizado. Así, podemos ver las huellas dejadas del sistema de encofrado conocido como “muro de tapial” que se hacía para levantar la muralla con los siguientes detalles:
- Se puede ver el tamaño de cada uno de los cajones que formaban los encofrados con una longitud de 2,65 metros por una altura de 1,2 metros.
- Se aprecia el tamaño de cada uno de los cinco tablones que formaban el encofrado del cajón con 120 cm de longitud y 24 cm de anchura.
- Se conservan los huecos de las “agujas” o “cárceles” que eran tablillas o listones de madera que iban perpendicularmente a los tablones del cajón y servían para dar rigidez al encofrado. Se encuentran a una distancia variable entre 25 y 102 cm. y por una profundidad 50 cm. que no llega a atravesar la muralla y que se consideran “medias agujas”.
- También algunos de los huecos podrían pertenecer a los mechinales que servían para colocar cuñas de madera que sujetaban el andamiaje que aparecen cada 105 cm. y tienen forma circular con unas secciones entre 5 y 8 cm de circunferencia. Se pueden comprobar las características del tapial de cal y canto o “calicanto”.