Este templo por su estratégica situación en la parte alta del conjunto histórico destaca sobre el recinto amurallado, del que formaba parte como espolón avanzado y define la silueta de una ciudad medieval donde destacan las torres de las iglesias entre sus murallas.
La iglesia de San Esteban es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura mudéjar religiosa que se conservan desde la alta Edad Media en Castilla y León.
La Iglesia de San Esteban fue declarada en el año 1931 Monumento Artístico Nacional y está considerada como Bien de Interés Cultural.
Documentada ya en 1247, era la iglesia de los hijosdalgo y donde se conservaba el archivo de la «Cofradía de la Cruz». Es una de las iglesias mudéjares más importantes de Cuéllar y de ella sobresale su gran ábside de ladrillo, que en el exterior está formado por un tramo recto y otro circular, alternando en su decoración frisos de arcos de medio punto con ladrillos en esquinillas y huecos adintelados.
Su retablo mayor es de estilo neoclásico con elementos decorativos del rococó, en el que descansan las imágenes del santo titular y el «Niño de la Bola”. Posee también un retablo renacentista de 1546, que representa en sus tablas escenas de la vida de la Virgen y de santos.
En el presbiterio se levantan cuatro sepulcros ojivales del siglo XV, recientemente restaurados, adornados con arabescos mudéjares. En las paredes han aparecido unas pinturas en tonos desvaídos, que representan figuras de santos.
Por la importancia que han adquirido los últimos descubrimientos relacionados con los sepulcros del presbiterio y porque consideramos que dichos restos deberían ser la espina dorsal del futuro museo, presentamos una pequeña explicación de su restauración, la aparición de los enterramientos y los documentos de las bulas.
Una vez realizada la restauración estructural del templo la Fundación del Patrimonio Histórico, El Ayuntamiento de Cuéllar y el Obispado de Segovia encargan la continuación de los trabajos de restauración con los trabajos de limpieza y recuperación del conjunto de las obras de arte de esta iglesia, destacando los cuatro sepulcros del presbiterio.
En la parte frontal de los arcosolios destacan por su extraordinaria decoración policromada, con formas vegetales y geométricas, las yeserías mudéjares enmarcadas por un alfiz con una inscripción en caracteres góticos. Estos restos han sido recuperados durante su restauración a través de su reintegración cromática. Recuperándose formas y decoraciones en las partes en que habían desaparecido o se encontraban muy dañadas.
Igualmente se han restaurado, consolidado y limpiado las pinturas murales góticas de los sepulcros del lado del Evangelio, los propios sepulcros que se apoyan sobre figuras de leones y las estatuas yacentes de alabastro. A destacar dentro del conjunto funerario ha sido la localización de los cuerpos de siete personas, dos infantiles y cinco adultos, de las cuales cinco se encontraban momificados y envueltos en sudarios.
Este importante hallazgo ha permitido la realización de un estudio antropológico muy detallado en el que han intervenido entre otros especialistas arqueólogos, médicos, restauradores o patólogos de las Universidades de Madrid y Valladolid, CSIC y el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, que han utilizado los medios técnicos más modernos (TAC, ADN, microscopios electrónicos) obteniendo trascendentales testimonios sobre los tejidos utilizados, la identificación de los esqueletos, las patologías de los finados, los ajuares…; y principalmente, el estudio del paquete de bulas y otros escritos aparecidos entre el sudario de Isabel de Zuazo.
El conjunto de los documentos lo forman un total de 47 bulas de indulgencia, fragmentos de varios libros (Las Meditaciones, “Contra Tempestades” y otros de temática profana) y un libro de Horas. Las bulas están impresas en castellano con una escritura denominada “gótica textual formada”; la mayoría de las bulas van impresas sobre medios pliegos de folios de tamaños que oscilan entre los 268 x 392 mm. y 431 x 307 mm.
La antigüedad de estos documentos es muy importante para el estudio de los primeros años de la imprenta en España, ya que nueve bulas son incunables –es decir anteriores al año 1501- 13 bulas son post-incunables –entre el 1501 y el 1520- y el resto estarían entre el año 1521 y el año 1536. Siendo la primera bula del año 1484.
La restauración de las obras de arte del templo se ha completado con recuperación de la hornacina y el retablo del Descendimiento, la hornacina del crucificado, los revestimientos murales de la capilla primera del lado del evangelio y el retablo de la Virgen del tesoro de la nave de la epístola.